El Banco de España informa de un aumento de las dificultades para la actividad constructora debido a la evolución del componente residencial y al "deterioro acusado" de todos los indicadores del sector. Indicadores como el del paro, que se incrementó en un 63% con respecto al pasado año, o el retroceso del 44% de la superficie visada en proyectos de edificación de viviendas auguran malos tiempos para la construcción. A tales datos se unen una actividad económica que continúa con la ralentización, una reducción del empleo y una menore inversión. Sin embargo, el Banco de España destaca algún punto a favor, como el aumento de las exportaciones o los ingresos derivados del turismo
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